¿Es acaso el destino el que rige efectivamente nuestras vidas, o solo se trata de una sucesión de coincidencias que nos llaman la atención, por el simple hecho de encontrarse lindando, entre ideas y acciones?¿Esto, también resultaría ser una coincidencia? Una más, dentro de aquel pelotero de casualidades, que nos divierten precariamente, hasta que llegamos a percibir que existe un fondo, una realidad, un piso de mediocridad, al cual es fácil llegar.
¿De donde procederán los desenlaces de las pequeñas historias que vivimos día a día? ¿Será cierto que somos los dueños de nuestro propio destino y que solo nosotros podemos decidir nuestro futuro o tendrá algo que ver aquella lógica que nos permite dilucidar que nuestro final esperado coincidirá con el final de otra persona?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Supongo que todos eligen uno de los dos finales. Primero pense que estaba viendo el vaso medio vacío, pero después me di cuenta de algo que ya sabía... No importa como sea en verdad.
Publicar un comentario